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Por Quiterio Cedeño

Un tema interesante del turismo en los años 2013- 2022 es el componente de cruceros. Aceptando la definición de la Organización Mundial del Turismo y el sistema de estadísticas de la Naciones Unidas, los cruceristas son visitantes, porque turista es el que se queda por lo menos una noche en el país o región que visita.

Los cruceristas no lo hacen. Entonces son visitantes, pero visitantes que hacen turismo y como generalmente la mayoría de los viajeros y los tripulantes bajan en el puerto de escala -si es atractivo- gastan y aportan ingresos para la región que los recibe y para el país.

Diversos estudios, encuestas y análisis de expertos indican que un proporción importante de los cruceristas suelen regresar a los lugares que visitan, para vacacionar si les gusta y se llevan una grata impresión.

En la década 2013-2022 se han registrado cambios positivos importantes en el segmento de cruceros. Primero cabe destacar que la oferta de destinos locales ha crecido y sigue avanzando. En el 2013 teníamos puertos en Santo Domingo, La Romana y Samaná. Solo tres destinos y en la capital dos puertos (Don Diego y San Soucí), uno frente al otro.

En el 2016 se sumó una pequeña operación en Punta Cana (Cap Cana) que no logró desarrollarse por las complicaciones que presentaban las corrientes marinas para el desembarco usando barcazas porque allí no existe un puerto para recibir naves del tamaño de los cruceros. Solo se reportaron operaciones con 18 mil visitantes o más en 2017, 2019 y 2020.

Puerto Plata, tenía tradición de cruceros y la perdió por el desorden de su puerto, pero recupero un espacio a partir del 2016 con la apertura de Amber Cove, propiedad de una importante naviera, y se creció con la apertura de Taino Bay un segundo puerto privado.

Ahora tenemos Santo Domingo, La Romana, Puerto Plata y Samaná que aún no tiene un puerto adecuado, pero lo construye una empresa privada en el malecón de Santa Bárbara de Samaná. En adición se está convirtiendo el viejo puerto de Arroyo Barril en una terminal para cruceros. También en Pedernales se transforma el viejo muelle para exportar bauxita, en un puerto para cruceros. Además, se ha propuesto que la renovación del puerto de Manzanillo incluya una terminal para cruceros.

Esto es interesante. El país se convierte en un atractivo destino de cruceros con 3 puertos en el litoral Sur y posiblemente 5 en el litoral Atlántico. Y el mercado está respondiendo. Después años de vaivenes en el período 2017-2019 se fortaleció la oferta con llegadas que superaron o “rozaron” el millón de visitantes.

Esto se reflejó en el 2022 con un salto importante al sumar 1.325.442 cruceristas en 468 barcos. En el primer semestre llegaron 562,496 cruceristas en 395 barcos, pero en los meses enero-junio del 2023 recibimos 1.266.732 visitantes de cruceros en 468 barcos. El techo para crecer está lejos aún y esto tendrá un gran impacto en el conjunto de la oferta turística. El turismo sigue ¡Cuidémoslo! Porque es tema todos, no solo de Abinader y Collado.


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