Pasan los meses y el sector turístico sigue lejos de solucionar los problemas de personal que lleva arrastrando desde que arrancase la recuperación del negocio tras la peor fase de la pandemia.
El vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá, Gabriel Escarrer, reconoce que “nos vemos con un gran reto que está afectando de manera especial al turismo: la atracción del talento”.
Recuerda que “el cierre prácticamente total que sufrió nuestro sector durante la pandemia” produjo “otro nefasto efecto indirecto: la desconexión con muchos de nuestros empleados fijos-discontinuos, su decepción ante la vulnerabilidad demostrada por nuestra industria y, finalmente, la fuga de una parte del joven talento cualificado hacia otros sectores”.
A esto se suman otros factores disfuncionales como “la oferta descontrolada de alquiler vacacional, que ha provocado en ciudades y zonas vacacionales una inflación residencial y en la práctica, la imposibilidad para los trabajadores de temporada para encontrar una vivienda digna”. Escarrer advierte que dicho problema “se agrava en territorios limitados como Baleares”.
Para el empresario, la escasez de personal cualificado “es una realidad” y “con cada vez una mayor competencia entre compañías para conseguir atraer el talento, nos vemos ante un gran riesgo para nuestro sector, ya que para nosotros las personas son esenciales”.
En el caso concreto de su cadena, además de anticipar programas de reclutamiento en zonas sensibles e intensificar su relación con escuelas y universidades, ha desplegado “un intenso programa para reconectar con nuestros colaboradores después de la pandemia y para atraer y retener el talento”.
“Ofrecemos planes de formación y desarrollo e incluso, en algunas ocasiones, proporcionamos alojamiento, especialmente en zonas sensibles como las islas”, detalla.
Fuente: Preferente