Por Tony Pérez
La Organización Mundial de Turismo (OMT) prevé que, gracias al empuje de los jóvenes y al turismo sostenible, en 2024 América Latina y el Caribe alcanzarán los niveles de normalidad anteriores a la pandemia de la enfermedad por coronavirus (covid-19), que impactó al mundo desde 2019.
Sostiene que ha nacido un turismo mucho más responsable del mundo, y recomienda prepararse para responder a sus necesidades. El director de Turismo para las Américas, OMT, Gustavo Santos, afirma que el continente constituye el territorio provisorio del turismo del futuro (Periódico Hoy-Efe, 25/9/2023).
Una declaración oportuna que debería despertar la atención de los pedernalenses de cara al proceso de conversión de la provincia en destino turístico y al anuncio formulado la semana pasada por el ministro de Energía y Minas, Antonio Almonte, sobre el próximo inicio de perforaciones de hasta un kilómetro de profundidad en el perímetro de la Reserva Fiscal Ávila, en el municipio Pedernales, para verificar si son explotables las “tierras raras” existentes.
Advertidos por la máxima autoridad en materia de turismo acerca de las exigencias del nuevo turista y por el aviso de nueva minería, lo menos que debería plantearse es un foro provincial para el análisis y perspectivas del turismo en Pedernales y las otras provincias de la Región Enriquillo (Independencia, Baoruco y Barahona). Y fijar una posición sin brecha de duda respecto de los aprestos de exploración y explotación de los minerales referidos.
Nuestra comarca no resiste la coexistencia de turismo sostenible con la explotación de “tierras raras”. Saldría “más cara la sal que el chivo”.
Sería una catástrofe medioambiental y fuente de muerte para la población, que debemos prevenir aunque los 15 componentes del mineral sirvan para construir en Asia, Europa y Norteamérica todos los carros híbridos del mundo, todos los Smartphone, todas las cámaras digitales, todos los misiles, todos los cohetes, todos los aviones, todas las fuentes de energía solar y eólica, todos los equipos médicos… Aunque nos pinten pajaritos en el cielo.
La gran verdad por adelantado es que los pedernalenses no terminaríamos ricos ni con más salud. Y experiencias tenemos.
Las necesidades de países industriales no deben conllevar la eliminación de los recursos naturales ni la sepultura de los humanos que habitan aquellas tierras del sur; ni la salud de turistas locales y extranjeros que las visiten… ni de nadie.
La Reserva Fiscal Ávila, creada en 2019 mediante el decreto 430, con fines de exploración y explotación de tal mineral, está en las mismas narices Cabo Rojo, zona cero del Proyecto de Desarrollo Turístico; de las comunidades agrícolas, los parques nacionales Baoruco y Jaragua (Casi 68% de los 2,075 kilómetros cuadrados del territorio de la provincia) y del mismo municipio cabecera Pedernales.
Como ha escrito en su blog, Jesús María Carrillo Pérez, “la extracción de tierras raras en su etapa de explotación genera altos niveles de contaminación ambiental por medio del desecho de materiales radioactivos producidos del subsuelo, como lo son el torio y el uranio, dañando los suelos aledaños, incapacitándolos para su producción agrícola y animal, lo que representa un gran impacto social dentro de las comunidades cercanas a las minas”.
En una encuesta cualitativa citada por el dirigente regional de la OMT, los más jóvenes del 85% de los entrevistados creen en una relación positiva con la naturaleza y el medioambiente, y, según él, presentan un comportamiento de relación con los residentes de las comunidades visitadas con el objetivo de integrarse en ellas en busca de respuestas identitarias.
Cierto que el fenómeno social turismo deviene vulnerable en vista de factores humanos y naturales; por tanto, la provincia no debería “poner todos sus huevos en esa canasta” de la economía.
El Gobierno y el sector privado deberían motorizar otras empresas e industrias que sirvan de contrapeso ante eventuales crisis en el destino turístico Pedernales en construcción. Pero jamás volver a la minería. Y menos si es de alta peligrosidad, como las “tierras raras”.
Las heridas dejadas por la Alcoa Exploration Company en las minas de bauxita de Las Mercedes y Aceitillar son profundas y aún no curan tras casi tres cuartos de siglo de explotación. Como no ha curado el empobrecimiento de la gente (57%).